Gordon E. Johnson

RETOS DESDE LA CRUZ

LIDERAZGO BÍBLICO – PRINCIPIOS Y PERSONAJES  (11)

Daniel el varón de Dios cuya integridad entera lo sostuvo por una larga vida

Daniel 1, 2, 5, 6, 9

Introducción

Termino esta serie de estudios sobre el tema general de Liderazgo Bíblico - Principios y Personajes con la vida de Daniel. Sigue un repaso para resumir lo importante de la serie. En fin, conviene considerar a este personaje quien como José son dos santos del Antiguo Testamento de quienes las Sagradas Escrituras no nos dan datos negativos, no que fuesen  perfectos sino íntegros y fieles por toda la vida. Nos recuerdan del apóstol Pablo que dijo: "Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios" (Hechos 20: 24)  No hay mejor meta que terminar bien sin mancha y sin remordimiento alguno.  Tal es mi deseo personal llegando al final de mi carrera.

El Joven Daniel sumido en una cultura pagana e idólatra  Daniel 1

¡Qué brusco y abrumador debió haber sido el "shock" que sufrió Daniel y sus compañeros al ser llevados cautivos a Babilonia en la primera invasión de Nabucodonosor, general y luego rey del imperio más potente del mundo antiguo (605 a.C)!  Sabemos que Daniel fue escogido por ser "del linaje real de los príncipes" (Dan 1:3) Además era entre "los muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos" (4). No podemos ni imaginarnos de la pérdida devastadora de los padres, del acceso al templo y la inmersión en un ambiente totalmente ajeno a toda su vida anterior.  Y todo esto le pasó a la tierna edad de unos dieciocho años. Pero Dios lo había preparado precisamente para esta hora tan crítica para todo su pueblo en el futuro por más de 70 años.

Daniel frente a la primera prueba fuerte de su tierna edad  Daniel 1: 5-21

No tardó mucho antes que tuviera que hacer frente a la prueba máxima de su joven vida. "Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años para que al fin de ellos se presentasen delante del rey." (1:5). Otro "shock", se les dio nombre a los cuatro jóvenes identificándolos con los mismos dioses paganos de Babilonia. Se le cambió el nombre a Daniel – "mi juez es Dios" a Beltsasar – mi vida protegida por Bel, nombre del dios Saturno. Pero los cuatro confrontaron una situación de vida o muerte. Ante un déspota capaz de matar a quien no lo obedeciese, Daniel "propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; le pidió, por tanto al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse y puso Dios a Daniel en gracia en buena voluntad con el jefe de los eunucos" (1:8, 9).  Si se lee con cuidado, fue la iniciativa de Daniel que hizo tal proposición a beneficio de los otros tres.

 A gran costo de su vida, Aspenaz estuvo dispuesto a aceptar una alternativa creativa que Dios le dio a Daniel. Resultó que después de sólo diez días que los cuatro jóvenes se veían más robustos y más fuertes que los demás ¡Debieron haber sido buenos frijoles!

Lo llamativo no fue su salud sino la fuerza del carácter, la dedicación a la integridad desde su  tierna edad a costo de su vida y su futuro. No fue una decisión tomada a la ligera sino en base de una entrega tan total que nunca vacilaría Daniel hasta que terminara la vida. "Y continuó Daniel hasta el año primero del rey Ciro" (538 a.C) (Dan.1:21).

Lo que empieza bien termina bien tantas veces; de igual manera lo que empieza mal termina mal. Puso Daniel su vida en la línea desde la primerita prueba y terminaron los cuatro los tres años mejores que todos los demás. Jehová le había dicho a Elí: "Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos por poco" (1 Sam. 2:30).  Daniel empezó con una decisión determinante para el rumbo del resto su carrera profesional. Sí que tal era la vida de Daniel, un político bendecido por Dios en medio de los dos imperios de alcance mundial, Babilonia y Medo Persia.

Daniel en la cúspide de su carrera profesional frente a la visión del rey   Daniel 2

Habiéndose probado en esa primera prueba magna, Daniel estaba preparado para el próximo desafío. En el año segundo de reinado de Nabucodonosor soñó con un dilema muy grande. Tan grande fue la crisis sicológica del rey que estaba a punto de matar a todos los sabios si no pudieran revelarle a él, no tan sólo el significado del sueño sino también hacérselo recordar aún. Pidió lo imposible y por lo tanto todos los sabios estaban en plena crisis  "No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey . . . porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al Rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne" (Dan. 2:10,11).

Precisamente en la salida del capitán para matar a los sabios (14), Daniel se ofreció primero a él y luego al rey mismo para declarar el sueño.  Una vez más Daniel mostró su total confianza en Dios y sólo pidió un tiempito. De inmediato reunió a los tres compañeros "para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia."(18).

Una vez más a tiempo oportuno puso alto a la masacre de los demás y pidió entrada al rey  con un valentía nacida de pura fe en Dios y le dijo:"El misterio que el rey demanda, ni  sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días" (28). Sabemos que Dios encomendó a Daniel revelar una de las visiones de mayor importancia cuya culminación todavía esperamos. La historia del mundo antiguo confirma la interpretación bíblica y en el pronto futuro inmediato se cumplirá hasta el último detalle. De nuevo Dios "engrandeció a Daniel y le dio muchos honores y grandes dones y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia";  Daniel usó "la palanca" para poner a los tres compañeros sobre los negocios de la provincia (49).  Esto no sería la última vez que Daniel estaría frente al gran rey. Resultaron dos tributos del rey mismo sobre la soberanía del Dios de los cielos (Dan. 2:46,47; 4:34-37).

Daniel ya viejo mostrará el mismo compromiso a su Dios  Daniel 6

Por el reinado largo de los babilonios Daniel se mantenía en el favor de los sucesores paganos, cosa increíble. Sólo la integridad absoluta y la constancia pudieran lograr aquello.  Con tan drásticos cambios de imperio viene siempre la caída de los políticos, pero no la de Daniel.  Mantenía el favor de los nuevos conquistadores, los medo persas. "Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior, y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino" (Dan. 6: 3).

Pero un complot insidioso se tramaba. La envidia y el odio de los demás persas hicieron que estos malvados propusiesen al rey Darío una ley que le diese a él la posición de un dios, semejante tentación inevitable. Se firmó la ley con el expresado fin de ponerle a Daniel la trampa contra su vida devocional, sus oraciones ya la costumbre que le había fortalecido a través de las décadas de fiel servicio a los dos imperios.

Daniel enteramente al tanto de la trampa no cambió para nada su horario espiritual. "Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban  hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, como lo solía hacer antes" (Dan. 6:10).  Se sabe bien la historia. El rey consternado tuvo de ejecutar la ley metiendo a Daniel en el foso de los leones pero con esta confianza en Daniel y su Dios: "El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre" 6:16)  ¡Qué testimonio de otro rey pagano a favor de la integridad de Daniel! Resultó que salió sin lesión alguna y los detractores perdieron la vida en el mismo foso. Por la tercera vez en la vida de este extranjero, Daniel, los representantes decretaron un edicto alabando al Dios de Daniel  (Dan. 2:47: 4: 34-37; 6:26-27).

En la cumbre del ministerio de Daniel, la oración ejemplar y la Visión de las Setenta Semanas  Daniel 9

La vida de Daniel es ejemplar en muchas maneras. Daniel, José y Nehemías son ejemplos de políticos en mundos muy ajenos a la voluntad de Dios; no fueron comprados por el mundo y sus valores materialistas y ateístas.  Son pocos los que han podido resistir la seducción del poder, el dinero y el prestigio, pero Dios sí puede preservarlos y mantenerlos firmes. Pero estos tres guardaron mucho su vida espiritual. Sólo así Dios puede fortificar al siervo.

Al final de una vida exitosa en gran manera, se dedicaba al estudio del profeta Jeremías y Dios le concedió el honor de recibir la visión que más claramente revelaría la trayectoria del Mesías y hasta el reino milenial, la Visión de las Setenta Semanas. En breve, Dios le permitió a Daniel en croquis toda la historia de su nación y Jerusalén. Le contestó su oración mucho más allá de su petición de saber qué seguiría después de los setenta años.  Dios siempre nos da más de lo que pedimos.

Pero primero se tiene que colocar en el contexto la pasión de Daniel. "En el ano primero de su reinado (Darío), yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años" (compárense Jer. 25: 11-14; 29:10 -14). Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora Señor . . .hemos pecado . . .no hemos obedecido . . . tuya, Señor, es la justicia, y nuestra la confusión de rostro. . ." (Daniel 9: 2-19).

La Maravillosa profecía de la historia futura del Mesías e Israel, el pueblo de Dios

Desde aquella búsqueda profunda de Jehová, él honró a Daniel por dar la visión por excelencia del Antiguo Testamento (Daniel 9:20-27). Con setenta «hebdómadas» sietes un total de 490 años, Jehová mismo daría cumplimiento a la de Jeremías y mucho más.  Las setenta semanas no serían de días (70) ni de años sino de setenta unidades de sietes. Sin entrar ahora en detalles, Dios repartió las 70 semanas de años de la siguiente manera: siete semanas (49 anos) y sesenta dos semanas (62= 434 años) o en total sesenta y nueve semanas (483 años), dejando una semana todavía muy futura (7 años) = 490.años no consecutivos. Queda la última semana para el futuro.

Dios le da la finalidad de sus propósitos para con su pueblo con seis objetivos fijos. "Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía y ungir al Santo de los santos" (9:24). Esto debe llevarnos al final de los tiempos asegurando Dios la culminación de todas sus profecías hacia Israel y su Mesías.

Se especificó el punto de partida de este gran designio divino desde"la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén {bajo Nehemías 444 a C.} hasta al Mesías Príncipe  . . .  se volverá a edificar plaza y el muro en tiempos angustiosos (25) bajo Nehemías.

Después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo {Roma} del príncipe {Tito en la destrucción de  Jerusalén en 70 d.C} que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones "(26). Ahora nos queda una semana más (7 años).Ya que el texto habla del futuro aun: "hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador" (27). Así con mucha razón habla el texto de la finalidad de Jerusalén y la nación lo cual no ha pasado todavía; al contrario Israel regresó (1948) en incredulidad a su tierra y ya se encuentra hoy. Por lo tanto podemos decir con confianza que esto ya queda por venir. Esto nos da por delante el regreso del reino milenial de Cristo cuando venga a establecer su reinado de mil años desde Jerusalén (Jer. 30: 6 -24; Zac, 14; Rom. 11:20-31).

A grandes rasgos doy esta enseñanza del futuro milenial cuando Cristo regrese antes del milenio para reinar por mil años (Apoc. 20: 1-6). Todo esto es profético, pero mi énfasis es que a Daniel le concedió Dios esta profecía que prepararía a Simeón y a Ana para anticipar y saber cuando vendría el Mesías mismo (Lucas 2:25-38). Por fin Dios honra a los fieles suyos.

Dios mismo honró a Daniel y su integridad vitalicia por permitirle revelar el futuro de Israel a largo plazo: la muerte vicaria del Mesías por el pecado del mundo entero y luego su volver a reinar sobre su remanente ya convertido introduciendo así el reino eterno.

Lecciones fuertes por aprender por el líder bíblico

  1. No hay sustituto por la integridad en la vida del líder. La integridad debe empezar lo más joven posible y consiste en el propósito firme de "no contaminarse" Dan. 1:8,9.
  2. La integridad abarca todo aspecto de la vida: amor para Dios, aborrecer al mal, manifestar fidelidad, honestidad, valentía, obediencia a todo costo hasta el mero fin.
  3. Las circunstancias ajenas no deben gobernar las acciones y actitudes del líder joven.
  4. Dios puede guardar limpio a quien llama en toda circunstancia imaginable.
  5. La valentía de un joven puede motivar a otros jóvenes para ponerse firmes Dan. 3.
  6. Dios es soberano y se encarga de la vida de los suyos que son fieles en la santidad.
  7. Dios honra a quienes le honran de la manera que él decida. "Si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel, y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor" (Ez. 14:14).
  8. Daniel conocía a su Dios por medio de la oración y Dios le concedió la profecía del mayor alcance. Si Génesis 3:15 nos da el principio, Dan.9:20-27 nos da el fin glorioso.